Quincha Corral, la historia de un éxito.

Cuando estás en el extranjero, produce cierta alegría encontrar un vino o un cava de España.
La mayoría de las veces, estos vinos pertenecen a esos grandes grupos bodegueros, como Bodegas Torres, Freixenet, etc., que exportan desde hace tiempo, tienen una poderosa máquina de marketing bien engrasada y un extenso canal de distribución con amplias ramificaciones.
Desde la distancia, el vino español es visto de forma distinta a como lo vemos desde aquí, dónde aún me sorprende encontrar a alguien para el que el vino tinto es Rioja o Ribera del Duero.
Suelo preferir arriesgarme a probar vinos de otras denominaciones y de otras variedades de uva para así, a pesar de algunas insatisfacciones, llegar a descubrir y apreciar joyas que el tiempo acaba encumbrando. Leer Más
Vinos míticos y sus leyendas

El experto en vinos José Peñín afirma que:
“Vega Sicilia es el ejemplo más claro de un vino legendario.
Luis Herrero, propietario de la finca en 1914, un ‘bon vivant’ y cazador empedernido en safaris en África, aporta una dosis de glamour al negocio.
Utiliza las botellas de Vega Sicilia (marca que nace en 1915) no como producto comercial sino como herramienta social. El vino no se vende, solo lo regala a sus clientes de otros negocios de metalurgia que poseía. Su introductor en la alta sociedad española, cuya plaza mayor era la Sociedad de Tiro de Pichón, fue el Marqués de Riscal, don Camilo Hurtado de Amezaga.
Quien quisiera una botella de este vino necesariamente tendría que ser amigo, socio o cliente. Nunca en España había nacido una bodega para estos fines. El vino no se vende, hasta que en los años Cincuenta del pasado siglo se crea un pequeño círculo de clientes, hermético y de elección arbitraria y que se traslada al comercio solo a través de la restauración. Es a partir de los Setenta cuando comienzan a aparecer tímidamente algunas botellas en el mercado público que, en su mayor parte, se exhibían pero que pocas veces se bebían. Leer Más